Hoy los pensamientos navegan hacia una pregunta: "¿existe la amistad perdurable?". Para encontrar una respuesta, primero, debemos retornar a nuestro pasado... y observar todos los rostros que ya no están en nuestro presente.
Ahora, hacemos un cálculo imaginario del grado de confiabilidad que manteníamos con cada uno... y otra pregunta se aproxima revoloteando hasta la ventana de nuestra conciencia: "¿podría recuperar esa amistad?"...
Nos gustaría responder un "sí" porque nuestro grato recuerdo y nuestro deseo nos incita a dicha afirmación. Pero los valores, los sentimientos, las actividades y los intereses difieren, como todo, mucho en cada persona y un gran paso de tiempo a veces puede sorprender...
Una persona que recordábamos sana puede cambiar; volverse depresiva, egoísta, antisocial... Pero si aún crees en una amistad de cimientos tan sólidos que soportan el gran peso del tiempo, la incomunicación y los cambios, entonces, bienvenido amigo; porque si hoy estoy mal y tras todo este tiempo sigues siendo mi amigo entonces quiere decir que estás para lo bueno y para lo malo... para la comunicación y para cuando no la haya.
Eneko.
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